24 de abril de 2018

Crónica de equipo vikingo


Nuevamente traigo para ustedes otra interesante traducción en busca de ofrecer buenos textos que ayuden a mejorar la calidad de la recreación histórica vikinga en el contexto hispanoamericano. 

En esta ocasión se trata de una crónica de la reconocida recreadora noruega Ingrid Galadriel Aune Nilsen, en la que cuenta cómo fue su proceso desde que comenzó en el mundo de la recreación hasta el día de hoy, además de ofrecer una serie de consejos sumamente útiles para tener en cuenta en nuestro trabajo.

La traducción fue autorizada por la autora. El texto original puede encontrarse aquí.

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Como cualquier recreador y entusiasta de la “historia viviente”, he pasado por diferentes etapas de desarrollo, todas ellas caracterizadas por una variedad de elecciones estéticas, prácticas y económicas.

Desde tela sintética verde y camuflar equipo moderno, hasta lana tejida a mano y ausencia de comodidades contemporáneas.

Presentando: Crónica de equipo vikingo de Ingrid. 
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Este blog está hecho a petición:

“¡Hola Ingrid! Me gustaría saber ¿cómo comenzó todo? ¿cuál fue el primer objeto vikingo que necesitaste? ¿cómo te veías en tu primer traje vikingo? ¿qué has aprendido en tu trayectoria?”



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¿Cómo comenzó?
Con hombres apuestos, tatuajes y coqueteo.

Y haciendo Larp.

Había estado estudiando teatro y hecho Larp por algunos años, así que mi voluntad para ataviarme, emborracharme y vivir una vida más simple ya estaba allí.

Cuando visité mi primer evento vikingo me enamoré de la atmósfera y de la atención que recibí por mi largo cabello rubio. Tenía poco interés en la historia o en la artesanía. Simplemente amaba sentarme alrededor de la fogata a entonar canciones y conversar con las personas.

Los primeros vikingos que encontré fueron los Jomsvikings, del Reino Unido. Nunca antes me había topado con espíritus tan salvajes y libres. Ellos lograron inspirarme y sacar una faceta oprimida de mi personalidad. Consiguieron engancharme en los aspectos sociales de la historia viviente. Estaba intrigada y quería más.


Algunos de estos vikingos siguen siendo mis amigos hoy día, y hemos compartido juntos algunos momentos espectaculares.

Sobre este tema trato más profundamente en mi Ted-talk.
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¿Cuál fue el primer objeto vikingo que necesitaste?
Mi primer objeto vikingo fue un vestido de lino (Serk).

Desearía poder decir que fue un collar u otra joya costosa e inútil. Eso hubiera sido una mejor historia. Pero tuve suerte y me orientaron.

Fabriqué el Serk de lino en un curso de costura para adolescentes ofrecido por algunas artesanas locales. Debido a que el curso era patrocinado por el gobierno (Noruega <3), la tela era lino de alta calidad. El patrón fue sacado de algún libro y el vestido resultó muy bien, bastante holgado y grande.

Además de un delantal verde. Fue un trabajo de costura de última hora hecho con la ayuda de un amigo. Fue fabricado de una tela verde sintética.

Recuerdo haber encontrado la tela en un mercado de pulgas. Llamé a mi amiga más experimentada, Heidi, y le pregunté si la tela estaba bien para usarla con un vestido vikingo.

Ella aceptó a regañadientes.

Sin embargo, ¡me aferré a este vestido durante años! Seguí yendo a eventos con él, pasándolo muy bien. Era mi "traje vikingo".

Al fin y al cabo, era todo de lo que disponía y no contaba ni con las habilidades ni el dinero para hacer uno nuevo.
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¿Cómo te veías en tu primer traje vikingo?
En 2007, aproximadamente, comencé a asistir a diferentes eventos en Escandinavia. El viajar significaba que necesitaba más cosas para mi equipo; un simple vestido ya no era suficiente, pues ahora me enfrentaba a los desafíos del clima y el acampar.

Para aprender el verdadero valor de la lana, necesitas pasar unas cuantas noches “ahí fuera”.


Esta imagen es del 2007. Eric, Alban y yo, sentados en la tienda de campaña de Alban en Foteviken, Suecia.

Estoy usando un vestido de lana roja que fabrique a partir de unas alfombras viejas. La piel alrededor de mis hombres (¡bah!) está hecha de un viejo abrigo de mi abuela.

Como pueden ver, para este entonces había adquirido alguna joyería…

Ni una sola pieza de la joyería que estoy utilizando en esta foto es réplica de algún hallazgo. Se trata de joyas que hallé en mercados de pulgas y en la caja de joyería de mi madre, la cual escondía porque contenía unas horribles piezas de los 70’s.

Creo que no sabía ni me importaba la diferencia. Tan solo estaba pasando un buen rato, tratando de verme similar para encajar.
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¿Qué has aprendido en tu trayectoria?
1. Motivada por la vergüenza
Conocer a Alban, un recreador mucho más experimentado, cambió parte de mi motivación. Él me hizo sentir “la vergüenza” de no contribuir, o más bien, la vergüenza de contribuir a la escena con herejías. Además, creo que mis mediocres esfuerzos lo molestaron un poco a nivel personal. Él es un verdadero esteta y perfeccionista, por lo cual tenerme a su alrededor en mi lamentable traje rompía su ilusión e inmersión.

No solo estaba completamente desinteresada en los aspectos históricos y arqueológicos de la “historia viviente”, sino que también era una terrible artesana.

Al incluirme y darme buenos y precisos comentarios, Alban me inspiró a esforzarme más.

Recuerdo cuando compré mi primera banda tejida en telar de tablillas con él. Luego me mostro cómo sujetarla a mi vestido. También me ofreció enviarme materiales y artículos.

Tuve suerte de encontrarlo a él y otros mentores.


¡Y esto es lo que hice en 2008! ¡Estaba tan orgullosa!

Un vestido de lana azul (en esta ocasión compré la tela), con una decoración de piel sobre el busto.

Cintas azulas en telar de tablillas unidas a un Serk hecho de seda cruda.

Esto fue cuando pensaba que la seda cruda era incluso más auténtica que el lino. Me pregunto de dónde habré sacado esta idea…

En el evento en el cual se tomó esta foto conocí a algunos vikingos polacos. Se rieron de mi vestido. Esto me molestó tanto que tuve que hacerme uno nuevo.
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2. Copiar el trabajo de otras personas
En 2009 descubrí el trabajo de Nille Glæsel.

Nille fue la primera artesana textil vikinga en Noruega en tener un blog en el cual publicaba imágenes de su trabajo y compartía sus experiencias. Esto fue bastante inspirador.

Sin embargo, continuaba sin tener un interés real en la historia o la arqueología, por lo cual solía principalmente observar fotos y tratar de hacer copias.

Aun así, mi interés por la artesanía y la estética vikinga había crecido. Eso es lo que pasa cuando sales con dandies como Alban.

Así que durante los años que siguieron tomé varios cursos de nalbinding, tintura con plantas, y costura. Realicé mi primera búsqueda por tela real y fabriqué un nuevo vestido vikingo.




El abrigo que estoy utilizando en la imagen de encima es un buen ejemplo de cómo usaba a otros recreadores como fuentes.

En un evento vi un abrigo que realmente me gustó. No conocía a la mujer que lo usaba y se sentía raro hacerle cumplidos a ella y su abrigo, además de hacerle preguntas sobre él.

En vez de esto, observé incómodamente su abrigo cada vez que estaba cerca.

Más tarde realicé una copia de su llamado abrigo de Birka. Fue hecho a partir de mi memoria visual.
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3. Esconder y disimular equipo y comida moderna
Esa bolsa plástica de comida y cerveza oculta en tu tienda debajo de una manta.

La lata de cerveza disfrazada en una mochila de nalbinding.

Un bolso grande para mi billetera, celular y tabaco.

Es gracioso cómo durante mis primeros años como recreador encontraba formas inteligentes y creativas de ocultar y disimular las “necesidades” modernas.

Creo que es una cuestión de cambiar tu cerebro, de ajustarse al estilo de vida vikingo buscando soluciones y alternativas con las cuales remplazar las ayudas modernas. Me tomó algunos años aprender como preservar alimentos para acampar o hacer excursiones para no tener la necesidad de una bolsa refrigeradora. Deshacerme de esta bolsa, las latas de cerveza y las botellas de agua fue un gran paso.

Esto también me sirvió para añadir 1000 objetos a mi equipo.

En años recientes la lista de objetos se ha reducido a unos pocos elementos básicos.

Tantos cambios en mi forma de pensar. Aprender cómo sobrevivir y viajar con menos, cómo lidiar con las bacterias, dormir en el suelo.

Viajar sin una tienda de campaña, una cama, y todas las “versiones vikingas de facilidades modernas” que encontrarías en una casa actual.



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Para resumir:
·         “La regla dorada de los tres”. A cada nuevo recreador le toma por lo menos tres años resolver su situación. A todos estos se les debe permitir este período de tiempo para organizar su equipo por sí mismos y / o con alguna guía. Es importante cometer tus propios errores para crecer.

·         Usar fuentes originales cuando reconstruyes o te pones creativo. No utilizar a otros recreadores como fuentes. Observa a otros e inspírate. Atrévete a ser curioso, crítico, y a realizar preguntas.

·         Mantente cómodo y cálido. Haz un equipo que sea acorde y te permita hacer las cosas que las gentes del pasado hacían. En muchos de mis vestidos es imposible trabajar, pero se ven bastante bien y puedo caminar posando en ellos.

·         No adornes en exceso tu equipo hasta que tengas lo básico. Sé que un gigante martillo de Thor en plata se ve bastante tentador, pero porfavor, comienza con una túnica, pantalones y zapatos de cuero.

·         No finjas ser rico. La mayoría de las personas en el pasado eran sucias y se veían igual. Así mismo debes lucir, o cuando menos, vestir tu riqueza (Descargo de responsabilidad: Durante “la regla dorada de los tres” puedes fingir ser tan rico como quieras. Hazte trajes con lana azul en tejido diamante, ropa interior de fantasía y joyas fantásticas. Recuerda tomar muchas fotos épicas de ti mismo).

·         Usualmente la “manera más complicada” es la mejor manera. Aun así, esto no significa que no aprendas de la “manera fácil” de hacer las cosas. Realizar la investigación y fabricar a mano tu equipo es costoso y toma tiempo. Comprar algo online o un evento es una forma rápida que te quitará el valioso aprendizaje. En ambos casos: no compres ni fabriques cosas solo. Hazlo con alguien que te aconseje.
¡Oh, la cantidad de dinero que he gastado comprando equipo vikingo inútil! Experiencias dura y costosamente aprendidas.

·         Mantelo simple. Tal y como un vikingo común lo haría.
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Mi crónica está lejos de terminar, y estoy segura de que tengo mucho por aprender y descubrir.

¡Disfruta la vida vikinga!

XoXo Ingrid

23 de enero de 2018

Experiencias en la construcción de escudos vikingos

Como ya lo he dicho en otras oportunidades, uno de los principales problemas de los recreadores latinoamericanos es no poder contar con los materiales idóneos para la fabricación de diferentes productos, como sí pueden hallarse en los países europeos o en Estados Unidos. De allí que sea necesario aventurarse muchas veces a la práctica del ensayo y error hasta dar con resultados satisfactorios. El caso de los escudos, y aclaro, los escudos para combate, es uno de estos. Por ello, quiero ofrecer mi experiencia en este tema para que pueda servir de ayuda a quien lo necesite.

Escudos históricos y reconstrucciones para combate. Una nota aclaratoria.
Los escudos de la Era Vikinga tenían un tamaño de alrededor de 80 a 90 cm de diámetro. Estaban construidos con varias tablas unidas, cuyo grosor usualmente variaba entre los 6 y 10 mm, aunque disminuía conforme se acercaba al borde. Su superficie estaba cubierta con tela o cuero para preservar la madera. El borde estaba protegido por cuero, y en ocasiones, por decoraciones en bronce. La manija por lo general era casi del tamaño del diámetro del escudo y podía llevar cuero en la parte en donde se agarraba. Por su parte, los umbos tenían un diámetro de alrededor de 15 cm, y un grosor de entre 3 a 5 mm en la parte superior. (Para información mucho más detallada puede consultarse: http://members.ozemail.com.au/~chrisandpeter/shield/shield.html)
Escudo hallado en Trelleborg, Dinamarca.
Sin desconocer la evidencia histórica y arqueológica, como recreadores históricos, y especialmente como asiduos combatientes que entrenamos por lo menos una vez a la semana, debemos ser conscientes que fabricar un escudo con todos los parámetros correctos, aunque sería una experiencia sumamente provechosa, no justifica la cantidad de trabajo, material y dinero invertido en un objeto que utilizamos para combatir continuamente y que se desgasta con rapidez. Por ello, y siendo conscientes del ineludible anacronismo, debemos buscar otras alternativas que resulten útiles, accesibles, y parecidas a la evidencia.


Madera
Para la construcción de estos escudos, lo más común en todo el mundo es que se utilice madera contrachapada (triplex, como es llamado en Colombia), debido a su cómodo precio, facilidad de encontrar y resistencia. Mientras que en EEUU y Europa se utiliza contrachapado de maderas como fresno, nogal, abedul, o carya (hickory), éstas son casi imposibles de encontrar en Latinoamérica. Por lo general, en nuestros países solo se consigue contrachapado de pino u ocume.

Habiendo utilizado ambos tipos de madera, recomiendo el pino, muy por encima del ocume, pues éste último, aunque más liviano, es mucho menos resistente. Ahora bien, en cuanto al grosor de la madera, he experimentado que lo óptimo es hacerse con contrachapado de entre 6 a 9 mm de espesor. Aquí el recreador debe hacer su elección teniendo en cuenta el peso que desea para su escudo y el tipo de entrenamiento al que estará sometido. Aunque la diferencia de grosor parece poca, cuando se traduce en peso es algo considerable. Un escudo de 6 mm de grosor fabricado en contrachapado de pino es más que suficiente para rendir de manera excelente en estilos como el western, y aceptablemente en Eastern o Huskarl, dependiendo de la intensidad y el uso que el guerrero haga de él (esto es, si desvía los golpes o los absorbe por completo con el escudo), por un tiempo, como mínimo, de 1 año, aunque he tenido escudos de este grosor que han durado mucho más, aunque, obviamente, con algunos daños. Por su parte, los escudos de 9 mm tienen una durabilidad muchísima mayor, de varios años, aunque su peso aumenta considerablemente, sin llegar a ser inutilizable o contraproducente para la salud del guerrero. Así pues, pueden hacerse escudos de 6 mm que les permita tener un combate más ligero y descansado, aunque tendrán que reponerlo en menos tiempo, o uno de 9 mm, mucho más resistente, aunque también más exigente a nivel físico. Yo por mi parte tengo uno de 6 para cuando practico western y uno de 9 para las sesiones de Eastern, aunque el primero lo he utilizado también para los otros estilos.

Los escudos de más de 9 mm de grosor, como algunos que he visto y cargado de 12 y hasta 15 mm, son, en mi opinión, algo no solo más anacrónico, pues los originales pocas veces llegaron a ser tan gruesos, sino contraproducente para la salud física de su portador y para su velocidad y desempeño en combate.
Escudo fabricado en contrachapado de pino de 6 mm de espesor. Tiene un poco más de un año de fabricación y constante uso, y como puede apreciarse, solo tiene unos daños menores. Ha sido utilizado para diferentes estilos, como Western, Eastern y Huskarl.
Recubrimiento y borde
Para cubrir la parte frontal del escudo se utilizan dos capas de tela. Por lo general, y buscando una mayor similitud con los hallazgos históricos, se usa lino, aunque la verdad yo prefiero utilizar lienzo o liencillo por su menor costo y mayor resistencia. Es importante recordar que las capas de tela deben pegarse con las hebras en direcciones contrarias para dar una mejor protección a la madera. Como pegamento, lo mejor es usar cola blanca (colbón) combinado con algo de agua y repartirlo uniformemente con una brocha. La tela debe estirarse al máximo y tras ponerla encima del escudo, quitar las burbujas de aire y las arrugas con las manos o una regla. También es buena idea cubrir la parte trasera del escudo con al menos una capa de tela para mayor durabilidad.

Para el borde, el mejor cuero que se puede utilizar es el que se conoce como rawhide, en inglés. En Colombia lo he conseguido con el nombre de retobo. Si hallarlo es imposible, la otra opción es usar huesos de juguete para perros, los cuales están hechos de un cuero bastante similar. Tras sumergirlo en agua caliente durante un buen rato, se fija al borde con ganchos o pinzas y se deja secar durante 24 horas aproximadamente para que vuelva a endurecerse y tome la forma deseada. Luego se hacen agujeros con un taladro y se procede a coser. El tipo de hilo idóneo para esto es el tendón artificial, aunque dado su dificultad para comprarlo en Latinoamérica, la mejor opción después de esta es hilo encerado.

La gran ventaja del retobo-rawhide está en su dureza y el nivel de protección que ofrece al borde del escudo sumando un peso mínimo, en comparación a otro tipo de cueros como cuello o vaqueta. Además, si la madera del escudo está en muy mal estado y se planee fabricar otro, puede removerse el borde y utilizarlo en el nuevo.
Proceso de fijamiento del cuero al borde del escudo utilizando ganchos.

Umbo
Los umbos deben estar fabricados como mínimo en hierro de calibre 14, aunque mi recomendación es que sean de calibre 12 para más durabilidad y seguridad. Una buena medida para el tamaño de los umbos es de aproximadamente 17-18 cm de diámetro y una profundidad de 7.5 a 8 cm. Estas medidas están pensadas para que, si el guerrero lo desea, pueda utilizar un guante de combate en la mano que sostiene el escudo. En lo personal, yo solo uso un sencillo guante de cuero para mejor agarre y evitar peladuras en los nudillos.

Los umbos que utilizo, y que recomiendo ciegamente, son todos comprados a Thorlak's Armoury. Son de excelente calidad y a un muy buen precio.

Manija
Para las manijas utilizo un sencillo listón de pino de 4 cm de ancho y 2 cm de espesor, y cortado a la longitud del diámetro del escudo, aproximadamente, pues esto último da mayor resistencia al escudo. En la parte donde se agarra, adelgazo y moldeo la forma con una escofina y un bisturí para que sea lo más cómoda posible.

Recomiendo especialmente colocar la manija de forma que las vetas de la madera del escudo queden en diagonal cuando se agarre. Esto aumenta significativamente la vida útil del escudo.

Pintura, decoraciones y acabados
La pintura que recomiendo son los acrílicos, pues son económicos, fáciles de conseguir, pintan muy bien y sellan la tela para proteger el escudo de las inclemencias del clima. Otras personas utilizan pintura en aerosol, aunque personalmente nunca he intentado con estos.

En la parte trasera, en caso de no haber puesto una capa de tela, es bueno dar un recubrimiento con aceite de linaza o con algún barniz mate para proteger la madera.


Si se desea, puede añadirse una correa de cuero para poder colgarse el escudo al hombro.