A continuación, presento a ustedes otra
traducción autorizada de un artículo publicado por Tomas Vlasaty acerca de la
existencia, uso y características de las hachas de dos manos, comúnmente llamadas
“hachas danesas”, durante la Alta Edad Media.
He decidido respetar la estructura
original de los párrafos, así como el orden de las frases, por lo que puede que
en algunas ocasiones la redacción y puntuación no parezca la mejor.
El artículo original se encuentra en: http://sagy.vikingove.cz/two-handed-axes/
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Hachas
de dos manos
Introducción
Durante mi carrera como recreador (10 años
aproximadamente), me he encontrado con las llamadas “hachas danesas”: hachas de
dos manos usadas en las segundas líneas de los campos de batalla. Estas armas
son muy populares y terroríficas al mismo tiempo. Sin embargo, la parte más
problemática de combatir con este tipo de arma es el hecho de que los guerreros
actuales tienden a implementar sus propias ideas sobre aquello que funciona en
las batallas modernas, evitando ideas que, en su opinión, no son funcionales.
De esta forma, el trasfondo histórico del arma se deja de lado cuando ésta es
replicada y utilizada. Esto se debe, simplemente, a que las reglas modernas de
combate son diferentes, y a que la evidencia histórica es desconocida o poco
atractiva para muchos guerreros.
Existen muchos tipos de hachas
temprano-medievales que pueden ser consideradas como “de dos manos”. Sin
embargo, no existe una estricta línea divisoria entre las hachas de una y de
dos manos, por lo que solo podemos juzgar por nuestro sentido común. Este corto
repaso versará sobre dos tipos de hachas de dos manos predominantes utilizadas
en Escandinavia. Esta vez dejaremos de lado las hachas del Báltico del tipo IV
de Kirpičnikov (sin embargo, estas pueden ser añadidas en caso de interés). Soy
totalmente consciente del hecho de que algunos recreadores y guerreros modernos
estarán en desacuerdo con el resultado de este artículo. En tal caso, porfavor
siéntanse libre de escribir sus comentarios en la parte de abajo y de presentar
sus pruebas.
Arqueología
En este capítulo serán discutidos los
temas de cabezas de hachas, cabos y métodos para encabar.
Cuando nos referimos a un “hacha danesa”,
realmente hacemos referencia a las cabezas de hacha tipo M, según la tipología
de Petersen. El tipo M fue introduce alrededor del 950, y fue tan popular que
se utilizó desde Inglaterra a Rusia hasta el siglo XIII (Petersen 1919:
46–47). Esta tipología fue desarrollada a partir de modelos más antiguos de
hachas escandinavas (como F, G, H), debido a la necesidad de hachas de guerra
de mayor tamaño. Una de las razones para este cambio, puede ser asociada con el
hecho de que las protecciones del equipamiento de guerra comenzaron a ser más
utilizadas. Así pues, las hachas Petersen tipo M deben ser vistas como una
reacción al uso de malla y cascos.
El tipo M de Petersen es descrito como una
cabeza de hacha de hierro con orejetas en punta hacia cada lado, y con una hoja
expandida, delgada (en ocasiones hasta de 2 mm) y con forma de cuña. Las hachas
de este tipo halladas en Birka son de 20 - 22 cm de largo, 16 - 18 cm de ancho,
y con un peso entre 385 - 770 gramos (Vlasatý 2016). Doce hachas de tipo
M extraídas de tumbas danesas son de aproximadamente 13 - 24.6 cm de largo, y
10 - 21.7 cm de ancho (Pedersen 2014: 131–134, Lista de hallazgos 2).
Las hachas rusas que pertenecen a esta tipología son de 17 - 22 cm de largo, 13
- 20 cm de ancho, y pesan entre 200 - 450 gramos (Kirpičnikov 1966: 39).
Por su parte, las correspondientes a la región del Báltico miden 12.5 - 23.5 cm
de largo, y 12 - 22.5 cm de ancho (Kazakevičius 1996: 233). El ejemplar
más grande que conozco es el que proviene del río Támesis (ver aquí). Éste es de 24.4 cm de largo, 28 cm de ancho, y pesa 966
gramos. Debe tenerse en cuenta que el peso establecido para las hachas es
parcial. Muchas de ellas están oxidadas, pero el peso original puede calcularse
de la cantidad de material ferroso que permanece en las hachas hasta nuestros
días. Por ejemplo, el hacha de Langeid
(C58882/4; 20.7 cm de largo y 25.4 cm de ancho), pesa actualmente 550
gramos, aunque originalmente pesaba cerca de 800 gramos. Es importante
mencionar que existen por lo menos tres fases en la evolución del tipo M. Las
versiones más viejas son más pequeñas y con cuellos más estrechos, mientras que
las más recientes son de mayor tamaño y mucho más masivas (ver el gráfico). El tipo M es a menudo confundido con el tipo L de
Petersen, el cual fue desarrollado al mismo tiempo (Petersen 1919:
45–46). Dando una mirada general, el tipo L es más corto (aproximadamente 11 -
20.5 cm) y menos ancho (aproximadamente 6.5 - 17 cm). Sin embargo, otros ejemplares
más grandes del tipo L (como el B 9694),
pueden ser fácilmente confundidos debido a que tiene medidas similares al tipo
M. Es cierto que la línea divisoria entre el tipo L y M es, en ocasiones, muy
delgada (¡y artificial!), pero ambos tienen sus características específicas en
lo que respecta a las proporciones de la hoja, el cuello y el ojo (como también
de su simetría y grosor).
Debe mencionarse que “en el siglo X, en la
parte norte de nuestro continente, especialmente después de la cristianización,
el número de hachas en tumbas aumenta significativamente. A menudo, estas
pertenecían a personas de baja posición social. A manera de regla-ley, eran el
único equipamiento militar de los difuntos” (Kotowicz 2013: 51-52). Piotr
Kotowicz (2011: 52), señalaba que las hachas se convirtieron, en aquella
época, “en un símbolo de la profesión del guerrero”. Si bien es cierto que la
mayoría de las cabezas de hachas han sido halladas sin ninguna otra arma en las
tumbas, fui capaz de reunir por lo menos 19 tumbas escandinavas que contenían
cabezas de hachas de tipo M junto con otro tipo de arma, o equipo para montar a
caballo (ver la lista). La cabeza de
lanza es el arma secundaria más común (13), seguida por el umbo (9), la espada
(7), una segunda hacha (3), un cuchillo de combate (2), y flechas (2). En 11 de
estas tumbas puede encontrarse equipo para montar a caballo. Es más, dos hachas
de tipo M provenientes de Gotland fueron enterradas con hombres usando
armaduras lamellar (Snäckgärde, SHM 484, ver este artículo). Por estas razones, tiendo a decir que las cabezas de hacha
de tipo M son indicadores de alto estatus social, o por lo menos, de estatus de
guerrero.
Una considerable cantidad de hachas tipo M
se encuentran decoradas. Esta decoración (que a menudo consiste en una cruz)
puede dividirse en cinco tipos:
1.
Ornamentos
grabados. El hacha de Blichowo (Kotowicz 2013: 44, Fig. 4; ver aquí) tiene la parte trasera grabada
con una cruz griega.
2.
Puntos
perforados y surcos. Este tipo puede encontrarse en un hacha del río Támesis (Paulsen
1956: 87, Abb. 32; ver aquí).
Pares de surcos verticales pueden (o podían) verse en hachas de Kongsgården (Rygh
558; C 3210; ver aquí) y Lednica
(Sankiewicz – Wyrwa 2013: cat. no. 81; actualmente los surcos no pueden
verse. Ver aquí).
3.
Incrustaciones. El hacha de Hultsjö (SHM 737; ver aquí) tiene ornamentos incrustados en plata (incluyendo una cruz). El mismo
método puede verse en el hacha de Skensta (SHM 6814; Paulsen 1956:
112, Abb. 48; ver aquí). Tres famosas hachas de Finlandia tienen
también incrustaciones de plata: Posio (KM 24379; Paulsen 1956:
116, Abb. 50, ver aquí), Humikkala (KM 8656:H47:5; Paulsen
1956: 117, Abb. 51; ver aquí) y Köyliö (Kotowicz 2013:
49, Fig. 9; ver aquí).
4.
Cubrimiento. La famosa hacha de Botnham (Ts 11937; ver aquí) está decorada con un ornamento en oro con estilo Ringerike. El
soporte sobre el cual el oro fue martillado es todavía visible.
5.
El último tipo de decoración es bastante especial,
y reúne las llamadas “hachas con cruces”, esto es, hachas con hojas decoradas
en su interior con incisiones de cruces latinas (y en ocasiones, también con
surcos). Existen 5 hallazgos escandinavos de este tipo, con hojas abiertas (la lista puede encontrarse aquí); todas ellas datadas de la segunda mitad del
siglo X. Otro ejemplo proviene de la vecindad de Plock, Polonia (Kotowicz
2013: 51, Fig. 11; ver aquí).
Ejemplos de decoración. Desde la izquierda: hachas del Támesis, Skensta, Hultsjö, Borthamn y Närke. Tomado de Hjardar - Vike 2011: 163 |
Existen por lo menos dos hachas suecas (Nässja, SHM5237; Tåby, SHM 6126) que demuestran la mezcla entre
tradiciones orientales y escandinavas. Estas hachas tienen hojas de tipo M,
pero en lugar de orejetas en punta, tienen una pieza en forma de huevo, o
redonda (a los lados del ojo, para el cabo), y una parte trasera terminada en
una sección circular o en forma de cruz-cuadrícula. Hachas como estas
demuestran lo variable que fueron estas armas, en las que se combinaban dos
elementos funcionales en una sola pieza.
Imágenes esquemáticas de ambos métodos |
Un muy bien ejemplo del primero método
puede verse en el siguiente video:
Cabeza
de hacha (tipo Lunow)
En mi reciente artículo, “Hachas de Birka (Axes from Birka)”,
discutí acerca de un muy interesante tipo de hacha, el llamado tipo Lunow. Esta
tipología se caracteriza por su masiva y larga hoja en forma de T. En ocasiones
cuenta con cuatro orejetas en punta a cada lado de la cabeza y una pequeña
parte trasera.
Distribución de las hachas tipo Lunow. Tomado de Michalak - Kotowicz 2014: 112 Fig. 5. |
Cabos
Las preguntas acerca de los cabos son
problemáticas, pues no existen casi ejemplares completos de aquel período, y
aquellos pocos que se conservan, no son muy bien conocidos. Comencemos con la
longitud.
Sankiewicz y Wyrwa (2013: 77–78)
realizaron tal vez la lista más completa de cabos de hacha de comienzo,
mediados y finales de la Edad Media europea. De este listado, y de algunos
hallazgos que estos autores probablemente no conocían, surgen unos resultados
bastante interesantes:
·
24
- 60 cm: 13 ejemplares (18.57%)
·
60
- 90 cm: 49 ejemplares (70%)
·
90+
cm: 8 ejemplares (11.43%)
El largo de 60 - 90 cm (principalmente 70
- 80 cm) es el más común, y tanto los autores mencionados, como otros muchos
investigadores, consideran que esta medida es un estándar. Kirpičnikov (1966:
28) sugiere 80 cm como la longitud promedia. Del mismo modo, Mäntylä (2005:
110) aporta un largo de 70 - 90 cm, y Kotowicz (2008: 447) menciona
que los cabos variaron entre los 60 y 80 cm. Todos están de acuerdo con la idea
de que los cabos más largos que estas medidas deben ser considerados como de
dos manos. En nuestro listado simplificado, existen 8 ejemplos con cabos más
largos de 90 cm, los cuales provienen de Behren-Lübchin (94 cm; siglo XII),
Lednica no. 85 (97 cm; 950–1050 d.C.), Novyja Valosavičy (100 cm;
finales del siglo X – comienzos del siglo XI), Lednica no. 84 (107.5 cm; siglo
XI), Kirkkomäki (108 cm; siglo XI o XII), Pahošča (110 cm; fnales del
siglo X – comienzos del siglo XI), Vorma (111 cm; siglo XIII), y Břeclav
(115 cm; siglo IX o X, ver aquí). Es más, tres hachas Petersen tipo M encontradas en Lough Corrib, posiblemente tenían cabos más cortos, de alrededor de 80 cm, como también otras hachas halladas en el río Robe y Shannon (ver aquí). Como se mencionará en los
capítulos siguientes, estas medidas parecen típicas de cabos de dos manos para
hachas de guerra.
Algunos cabos incluidos en la lista eran
hechos a partir árboles jóvenes de diferentes formas y tamaño, pero los cabos con
una longitud mayor a 90 cm eran hechos, sin excepción, dividiendo un leño
bastante grande. Gracias a este método, los cabos eran (relativamente) derechos
y resistentes. En la primavera y el verano del 2016, realicé una investigación
acerca de las especies de madera que eran utilizadas para construir cabos
durante la Edad Media europea (el resultado puede verse aquí – ¡esta investigación no está terminada!). El
resultado mostró que una combinación de maderas resistentes y livianas que crecieran
cerca del lugar en que se estaba, aportaba la calidad deseada para el material
del cabo. Las especies perennifolias (aquellas que durante todo el año
mantienen su follaje) eran raramente usadas (tan solo existe 1 ejemplo). Las
especies más comunes eran carpe (61 ejemplos; 29.33%), maple (44 ejemplos;
21.15%), fresno (36 ejemplos; 17.31%), y roble (19 ejemplos; 9.13%). Teniendo
en cuenta la forma del ojo, puede suponerse que la forma de los cabos era
ovalada o ahuevada. Los fragmentos conservados lo comprueban.
Sección de cruz de fragmentos de cabos de hachas de Lundehall y Langeid. |
El único tipo de decoración en los cabos
que hemos podido encontrar, es de metal. Existen tan solo dos tipos de
decoración, incluyendo:
·
Regatones
en la parte superior del cabo. El significado de este regatón es evidente, pues
hace que el hacha sea firme en la parte más tensa, además de darle un toque
espléndido.
o
Hechos
de hierro. Un regatón de hierro fue hallado con una hacha Petersen tipo E, en
Hemse (Hemse annex; SHM 5645; ver aquí), aunque ahora no se
encuentra. Otro fue descubierto con un hacha Petersen tipo M en una tumba del
siglo XI en Bilczewo, Polonia (ver aquí).
Para más analogías polacas, rusas y húngaras de diferentes períodos, ver Kotowicz
(2008: 451–453).
o
Hechos
de latón/bronce. Seis ejemplos de este tipo de decoración fueron encontrados en
Noruega, (C 24243, C 25583, C 27132, C 29866, C 57235, C 58882; ver aquí). El
regatón del hacha de Langeid está hecho de una platina rectangular de 0.5 mm de
espesor. Esta platina está clavada al cabo con 12 clavos de latón (11 mm de
largo, 2.5 mm de espesor). Debe mencionarse que una pequeña capa de madera
debajo del regatón fue removida, por lo que no hay un paso visible entre la
parte decorada y la que no lo está. Por lo menos dos regatones noruegos (C 27132, C 29866) tienen cuatro puntas en la parte baja,
asomándose bajo la cabeza del hacha. Otros seis ejemplos provienen de Gotland
(SHM 484 Gr. 4, SHM 4815, SHM 14855, SHM 14885, SHM 19273, SHM 22297). También hay otros dos descubrimientos realizados en el río Támesis, uno de los cuales está decorado con bellos
diseños y tiene 9 puntas en la parte baja (ver aquí). Otro ejemplo más de regatones de latón proviene de
Klincovka, Kaliningrad Oblast (ver aquí. Estoy en deuda con Piotr
Kotowicz por esta información). Existen por lo menos dos ejemplos de cabos
decorados con una platina de bronce, provenientes de tumbas Latgalian del siglo
X, en Lituania (ver aquí y aquí, Kotowicz 2008: 452–453).
o
Hechos
de plata. Un muy buen ejemplo proviene de Kalihnovščina, norte de Rusia (ver aquí). El regatón está ubicado
debajo de la cabeza del hacha, y termina en cuatro puntas con forma de cruz.
·
Un
tope en la parte inferior del cabo. El único hallazgo con este tipo de
decoración viene de Barshalder (SHM 27778: 11, ver aquí).
Encabando
la cabeza del hacha
Existen dos métodos principales para
encabar las cabezas de hacha. El primero consiste en introducir la cabeza desde
abajo en un cabo cónico. Esta técnica podía combinarse con algo para asegurar
el hacha, como cuero. El segundo método era introducir la cabeza desde la parte
superior del cabo y asegurarla con una cuña de madera o metal, o con un clavo.
Ambas técnicas fueron utilizadas en la Europa de la Era Vikinga. La primera
puede verse en una de las hachas de Oseberg, así como en muchas de Lednica y
Mikulčice. Debido a que la parte superior del cabo debe ser más gruesa (como los de las hachas del río Robe y el río Shannon), el primer método puede ser
reconocido fácilmente. Las hachas decoradas con regatones en la parte superior,
fueron encabas desde aquel extremo (superior), pero no se utilizaban cuñas. Aunque
las cuñas no son muy comunes, pueden encontrarse algunas evidencias. Tres
hachas de Lough Corrib estaban aseguradas con cuñas de madera. El hacha
Petersen tipo M de Ballinderry Crannóg se aseguraba con una cuña de metal y un
clavo metálico (ver aquí). Un hacha
de Lednica (no. 102; Sankiewicz – Wyrwa 2013: 204–205;
ver aquí), está asegurada con una cuña de metal.
Vainas
En uno de mis artículos anteriores, ubiqué
geográficamente todos los hallazgos de vainas de hacha de la Era Vikinga (ver aquí). Para sintetizar, existen 13
hallazgos de vainas de madera provenientes de Haithabu, 2 de Schleswig, y 2 de
Dublín. Estos objetos pertenecen a dos tipos, y están hechos de sauce, tejo,
roble, fresno, abeto y abedul. En nuestro contexto, el ejemplo más interesante
proviene de Schleswig, en donde la vaina está decorada con dos imágenes de
hachas de dos manos, una de ellas de estilo Petersen tipo M. No hay duda de que
la función de estas vainas era proteger la hoja del óxido y abolladuras.
Fuentes
literarias
Las sagas y crónicas contienen algunos
apartes de información que pueden ser útiles para comparar con el conocimiento
proveniente de la arqueología. Lo que es más importante, es que podemos
aprender cómo se llamaba, usaba y percibía a las hachas de dos manos.
En primer lugar, debemos mencionar que los
antiguos nórdicos no utilizaban el nombre “hachas danesas”. Las hachas Petersen
tipo M, junto con las F, hacían parte de un término mucho más amplio: breiðøx. Las fuentes literarias usan
indistintamente algunos términos, por lo que es difícil decir con certeza
cuándo un pasaje se refiere a un hacha de dos manos. Términos
como þunnsleginn øx (“hacha martillada finamente”), háskeptr
øx (“hacha de mango largo”), o simplemente “hacha grande”, son
pequeñas pistas que pueden hacer referencia a hachas de dos manos. Demos un
vistazo a la saga de los hermanos de sangre / jurados (saga Fóstbræðra), donde se encuentran
pasajes típicos:
“Þorgeirr tenía un hacha ancha, un arma
poderosa, con aristas y afilada, con la cual él había enviado a muchos hombres
a cenar [al Valhalla].” (Capítulo 3).
“Bjarni forjó un hacha
ancha para Þormóðr, según su voluntad. El hacha estaba martillada hasta el
borde de corte, no tenía mella alguna y era extremadamente afilada.” (Capítulo 23).
Aun cuando el
hacha de Þorgeirr era una poderosa hacha ancha, él la utilizaba como un arma de
una mano para luchar (por ejemplo, capítulo 8). Como resultado, para estar
seguro de que nos referimos a armas de dos manos, debemos seleccionar los
pasajes sobre breiðøxar que se sostenían con ambas manos, no sin tener en
cuenta los errores que pueden generarse, pues los guerreros, en caso de no
tener escudos, utilizaban sus armas con ambas manos (ver por ejemplo, aquí).
De esta forma, solo dos hachas de las sagas pueden ser llamadas de dos manos: Hel,
el hacha de Óláfr Haraldsson (San Óláfr) y su hijo, Magnus el Bueno; y Rimmugýgr,
el hacha de Skarphéðinn Njálsson.
Las fuentes
literarias están lejos de ser descriptivas. Tan solo contienen información
sobre cómo se llevaban y se peleaba con lo que podríamos denominar hachas de
dos manos. Como puede evidenciarse, las hachas tienen nombres propios y
pertenecen a personajes importantes. Esto corresponde con lo que pudo verse en
las tumbas de guerreros y su decoración. Las hachas Petersen tipo M son
indicadores de alto rango; un estatus similar al de “héroe”, “campeón”, o
“guerrero profesional”. Sin duda alguna, las hachas de este tipo pertenecieron
y fueron usadas por nobles y sus hirðir (“séquitos”).
Uno de los
pasajes más interesantes de las antiguas fuentes nórdicas puede encontrarse en
la saga de Magnus el Bueno (Magnús saga góða), en donde el rey Magnus,
justo antes de la batalla de Hlýrskógheiðr (1043), tira a un lado su cota de
malla y corre de frente hacia al enemigo, comenzando la batalla con su hacha de
dos manos, Hel (la misma que había pertenecido a su padre). Considero que esta
mención corresponde con episodios de batallas que incluían hachas de dos manos:
“Entonces el rey Magnús
se puso de pie, ordenó que las trompetas de guerra sonasen, y en ese momento el
ejército de Víndland avanzó hacia él desde el Sur, atravesando el río; por lo
que el ejército del rey se levantó y marchó contra los paganos. El rey Magnús
se despojó de su cota de malla, y tenía una camisa de seda roja sobre el resto
de sus ropas, y también tenía en sus manos el hacha de guerra llamada Hel, la
cual había pertenecido al rey Óláf. El rey Magnus corrió antes que todos sus
hombres hacia el ejército enemigo, e instantáneamente, cortó con sus dos manos
a todo hombre que vino contra él. Así lo dice Árnórr jarlaskáld:
‘El enérgico gobernante
se abalanzó con su hacha ancha, y tiró a un lado su byrnie; un choque de espadas
[BATALLA]
se levantó alrededor del gobernante de Hǫrðar [REY NORUEGO = Magnús],
mientras que el príncipe apretaba ambas manos alrededor del cabo, y el moldeador
guardián de los cielos dividió la tierra; Hel destruía pálidas calaveras.’”
(Capítulo 29).
Por lo menos
dos fuentes inglesas hacen mención del “regalo de excusas” del earl Godwin de
Wessex, entregado a Harðaknútr, el último rey danés de Inglaterra, en 1040. El
regalo consistía en un navío con 80 guerreros equipados con hachas “danesas”
doradas:
“Cada uno de ellos tenía
un casco dorado en la cabeza, un hacha danesa en el hombro izquierdo, y una
lanza en la mano derecha.” (William de Malmesbury: Gesta regum Anglorum,
II, § 188)
“Además, cada uno de
ellos tenía una cota de malla, un casco parcialmente dorado, una espada en la
cintura con empuñadura dorada, y un hacha danesa decorada con oro y plata,
colgando de su hombro izquierdo. En la mano izquierda, cada uno tenía un
escudo, cuyos umbos y remaches era también dorados; y también tenían lanzas en
sus manos derechas, las cuales son llamadas atagar en el idioma inglés.”
(Florence de Worcester: The Chronicle)
Portadores de hachas de imágenes en piedra de Tängelgårda I y Alskog Tjängvide I, Gotland. |
“Aquí, un solo noruego,
cuyo nombre debería haber sido preservado, se posicionó en el puente y asesinó
a más de cuarenta ingleses con su hacha de guerra, el arma de su país,
impidiendo el avance del ejército inglés hasta la novena hora. Finalmente,
alguien vino en un bote debajo del puente y lo atravesó con una lanza a través
de las grietas del piso”. (Historia Anglorum, VI, §27; trad. Forester 1853:
209)
La misma
historia, pero con algunos detalles diferentes, puede encontrarse en la Crónica
Anglosajona (versión C), y en las Hazañas de los Reyes de los Ingleses (Gesta
regum Anglorum), escrita por William de Malmesbury (ver aquí). Aunque
algunos aspectos son diferentes – en otras versiones no se menciona el hacha ni
el número de oponentes abatidos. El noruego está equipado con una cota de
malla, y su muerte es distinta – estos pasajes resultan pruebas importantes de
la habilidad de los dueños de estas hachas. Debo agregar que la creencia
popular de que el noruego era un berserkr es más un resultado de la
creatividad moderna.
“Hachas
danesas” aparecen varias veces en fuentes altomedievales, casi siempre
relacionas con el rey Stephen de Inglaterra (batalla de Lincoln, 1141, donde
supuestamente peleó con su hacha hasta que ésta se rompió) y Ricardo Corazón de
León (batalla de Jaffa, 1192). Así mismo, se les menciona en antiguos romances
franceses bajo el término hasche Danoise (“hacha danesa”).
Irlandeses equipados con hachas de dos manos. Topographia Hibernica, Royal MS 13 B VIII, folio 28r. |
“Los guardaespaldas las
sostenían en la mano derecha, con la hoja recostada sobre la muñeca izquierda.
Cuando el Emperador llegaba, levantaban las hachas para apoyarlas sobre sus
hombros derechos. En el día del nombre del Emperador, los Varegos lo saludaban
y golpeaban sus hachas, las cuales emitían un sonido rítmico.” (Kotowicz
2013: 52).
Las hachas
eslavas llamadas taparøxar (del eslavo topor, “hacha”, y el
antiguo nórdico øx, “hacha”) son mencionadas algunas veces en las sagas
y en la Crónica Anglosajona (versión A). En las sagas (Ljósvetninga saga, Njáls
saga, Vatnsdœla saga), aparecen como prestigiosos objetos de la
élite noruego-islandesa. Su forma es desconocida, como también el largo de los
cabos. Sin embargo, personalmente creo que podrían tratarse de hachas de una mano tipo Lunow o de tipologías rusas
(como los tipos Kirpičnikov I, II, III). Creo que la mejor referencia a
una de estas hachas viene de la Ljósvetninga saga (capítulo 2), cuando
aparece como un regalo para el jarl Hákon, el gobernante de Noruega en 970-995:
“El jarl [Hákon] le
dijo [a Sǫlmundr] que primero debía entregar sus regalos; un sombrero
ruso a Guðmundr el Poderoso, y una taparøx a Þorgeirr Ljósvetningagoði.”
Réplica del hacha de Langeid, fabricada por Vegard Vike y Anders Helseth Nilsson. |
Antes de
avanzar al siguiente capítulo, debemos mencionar un último tema: el aterrador
aspecto de las hachas. En la poesía, a diferencia de las espadas, las hachas
llevan nombres de Nornas, mujeres troll, monstruos, etc. (por ejemplo Norn skjaldar,
“la Norna del escudo”, o brynflagð, “la mujer troll de la cota de
malla”, entre otros). Una de las referencias más ilustrativas que conozco
proviene del Eiríkrflokkr (st. 7), de Halldórr ókristni, donde dice: “delgados
monstruos de la tierra de Þriði [ÞRIÐI = ÓÐINN, TIERRA DE ÓÐINN = ESCUDO,
MONSTRUOS DEL ESCUDO = HACHAS] abrían a la gente sus bocas de hierro”. En
algunas fuentes, las hachas son a menudo sinónimos de temor, brutalidad y gran
poder (“A pesar de que no seamos hombres de leyes, resolveremos este caso
con las culatas de las hachas”, dice Þorsteinn en mi frase favorita de Vatnsdœla
saga, capítulo 37). Nada inesperado, pues las hachas son armas y
herramientas bastante destructoras, diseñadas para cortar, y que no pueden ser
bloqueadas fácilmente. Por otra parte, el enfrentarse a estas letales armas es
una de las cualidades del hombre valiente.
Representaciones (evidencia gráfica)
En este
capítulo, dividí la evidencia gráfica en cuatro grupos de diferentes áreas y
periodos. Solo se incluyeron aquellas hachas correspondientes a las Petersen
tipo M. Los grupos son:
Para sintetizar, se incluyeron 34 hachas, de las cuales 33 son representadas junto con hombres. Podemos distinguir dos formas y funciones básicas:
1. Hachas estándar
con un largo que varía entre los 3 y 4 pies (91-122 cm). Sankiewicz y Wyrwa (2013:
76) sugieren una longitud aproximada de 3 pies y 6 pulgadas (107 cm). Por lo
general, las hachas de este tipo son representadas en batalla. 28 de las hachas
seleccionadas pertenecen a esta forma.
2. Hachas por
encima del estándar con cabos muy largos que alcanzan hasta la cabeza de quien
las porta. Edge y Paddock (1988: 31) calculan una longitud de 4 a 5 pies
(122-152 cm). El hacha mostrada en la placa bizantina de marfil parece ser
incluso más larga. El contexto parece sugerir que éstas eran usadas como
símbolos durante ceremonias. Estos símbolos son cruciales para resaltar a las
personas más importantes en las obras de arte, por lo que su tamaño puede ser aumentado
desproporcionalmente. Por otra parte, las cabezas de hacha no están alargadas,
por lo que podemos asumir que, efectivamente, las hachas simbólicas tenían
cabos largos. 6 de las hachas seleccionadas pertenecen a esta forma.
Las hachas del
primer tipo parecen ser armas de reconocidos guerreros. Como regla, quienes
manejan las hachas son personas altas. En 21 casos, los guerreros con hacha
usan cota de malla (2 de ellos también gambesones). De manera similar, en 22
ocasiones, los guerreros llevan cascos. Junto con 28 hachas, también son
representadas 10 espadas y 4 escudos, lo que comprueba las ideas mencionadas
anteriormente (los guerreros podían llevar varías armas […] y podían cambiar
entre ellas). Dos de los hombres de las ilustraciones son descritos como
Leofwine Godwinson y el rey Stephen de Inglaterra. Por el contrario, cuatro
hachas son mostradas en manos de hombres sin armadura, dos de los cuales
parecen ser campesinos, no soldados.
Por lo menos en
tres casos, las hachas de dos manos de la primera forma son representadas en
manos de hombres que lideran el ataque o la defensa (en uno de los casos, el
estandarte está justo atrás del líder). Las hachas parece haber sido armas muy
buenas durante los asedios y para luchar contra la caballería. En uno de los
ejemplos altomedievales, un hacha de dos manos es usada mientras se monta a
caballo. En una de las escenas del tapiz de Bayeux, un hombre sostiene un
escudo en la mano izquierda, una lanza en la derecha, y el hacha está colgando
de su espalda, de manera similar a como ya se mencionó. Dos de los escudos
representados están puestos sobre la espalda de sus portadores, y, aunque éstos
no están siendo usados de manera activa, pueden otorgar algo de protección. En
otro caso, un hombre pelea con un hacha de dos manos en una sola mano, en
combinación con un escudo. Una de las hachas mostradas tiene su cabeza cortada
por una espada.
Un considerable
número de guerreros (12), sostienen el hacha con la mano izquierda adelante.
Sin embargo, encontramos algunos con la mano derecha al frente (7). Es
complicado decir si los artistas buscaban representar técnicas de combate real,
o si el tema de la perspectiva del estilo artístico del período era más
importante. Para evitar cualquier malentendido, podemos decir que los dueños de
estas armas sabían utilizarlas de la manera más efectiva, y que posiblemente
cambiaban el tipo de agarre para ganar ventaja.
Con respecto al
segundo tipo de hachas de dos manos, podemos intentar mencionar todos los
contextos de su uso. Harold Godwinson es mostrado sosteniendo su hacha durante
un encuentro con los mensajeros del duque William. En dos casos, las hachas son
usadas durante reuniones entre el rey Eduardo el Confesor y Harold Godwinson.
Otras dos hachas se muestran cuando se ofrece la corona inglesa a Harold
Godwinson. En todos los cinco casos del tapiz de Bayeux, las largas hachas de
dos manos están conectadas con el poder gobernante inglés: el rey Eduardo el
Confesor y Harold Godwinson. Probablemente, el autor del tapiz quería resaltar
su nacionalidad y estatus representándolos con su arma típica (por el
contrario, los normandos siempre aparecen con espadas como símbolos).
Finalmente, la sexta hacha es representada en una pequeña placa bizantina de
marfil, datada entre el siglo X y XI (ver aquí). La placa muestra un
hombre en calzones sosteniendo un hacha con la mano derecha, y una espada
(Petersen tipo X) en la izquierda. La cabeza del hacha parece tener un diseño
similar a lo que previamente hemos llamado “hoja abierta”. En mi artículo, “Hachas con cruces”, concordé con Kotowicz (2008: 447-448, Nota 16), en que
estas hachas estaban relacionadas con guardias varegos conocidos como pelekophori
(“portadores de hachas”). Es probable que este tipo de hacha haya servido
en ceremonias de saludo al Emperador, como ya se ha mencionado.
La mayoría de
las hachas representadas de ambos tipos parecen ser encabadas desde arriba,
pues los cabos son más delgados en la parte de abajo. Por lo menos tres
imágenes (altomedievales) muestran hachas encabadas desde abajo. No hay
decoraciones visibles en ninguna cabeza de hacha o cabo. El color de las
cabezas puede ser interpretado de muchas maneras.
Una nota para los recreadores
Réplica de un hacha tipo M, fabricada por Scott Roush |
Réplica de un hacha tipo M, fabricada por Ronan Jehanno. |
Espero que les
haya gustado este artículo. En caso de cualquier pregunta u observación,
porfavor contactarme o dejar un comentario abajo. Si desean aprender más y
apoyar mi trabajo, porfavor, ayúdenme financiando mi proyecto en Patreon.
Bibliografía
Fuentes
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Ilustración del siglo XIV de un hacha de dos manos de Novgorod. Tomado de Paulsen 1956: 99, Abb. 39. |
Hola, recibe un cordial saludo, gracais por la informaión, muy bien fundamentada. quisisera hacerte una pregunta ¿las hachas de una mano- qué tan comunes eran?, su uso, etc.
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